lunes, 6 de abril de 2020

¿Hacemos una vídeo llamada?



Uno de los problemas añadidos derivados del confinamiento en el hogar por el COVID-19 es el mayor aislamiento de las mujeres que viven con un maltratador. Cuando la pareja reside sola y sospechamos que algo no va bien, o ya sabemos de antemano que se trata de un hombre agresivo o que no trata bien a su pareja, desde el entorno familiar y social debemos extremar todas las medidas posibles para conseguir comunicar con ella.  

Cualquier excusa es válida, no hace falta poner en el centro de la llamada su situación de vulnerabilidad, lo importante es comunicar con ella. Algunas ideas:

  • Pedir recetas
  • Preguntarle por el encierro de algún familiar mayor.
  • Consultar sobre libros que se están leyendo, si está haciendo ejercicio, actividades para niñas o niños que se estén aburriendo en casa...
  • Proponer una vídeo llamada uno o varios días a la semana para tomar café, que se vean con sus primas y primos...
Cada familia tiene sus propias dinámicas, pensar en ellas te ayudará a buscar un motivo para comunicar. Cualquier excusa es buena para detectar en esas conversaciones, o en el ambiente, si algo no está yendo bien. Incluso una negativa nerviosa o un cambio repentino de planes una vez concertada, pueden ayudar a saber cómo varía la peligrosidad de la situación. Si ella se niega no insistas pero, por favor, quédate alerta. En ese caso, WhastApp puede ser una buena opción.

En este periodo también es buena idea hablar con el resto de familiares o personas cercanas para coordinar una comunicación diaria y a distintas horas, averiguar en qué momentos él abandona la vivienda y ella va a hablar con mayor libertad. Si no se conoce la situación por el grupo familiar, puedes simplemente, preguntar «¿Habéis hablado hoy con…?» «¿Cuándo hablaste con ella?». Lo fundamental es que pueda pasar el mayor tiempo posible entablando conversación con otras personas, que ella perciba esa red de apoyo si necesita escapar y se sienta segura para despejarse un rato, desahogarse, hacer mención a un incidente o revelar una situación de gravedad. También es importante que, aunque sea unos minutos al día, pueda pensar en otra cosa, sentirse parte de una red.

Si se tiene la seguridad de que él no puede escucharlo o leerlo, pueden comentarse, de forma casual, las medidas a disposición de las mujeres víctimas. La campaña Mascarilla-19 en las farmacias; el número WhatsApp de atención psicológica, o concertar por algún medio seguro una palabra "clave" que suponga la petición de ayuda. Por ejemplo, pedir la receta de un dulce poco habitual.

Ante cualquier mínima sospecha, el entorno también puede hacer uso de todos los recursos disponibles con los que cuenta la red de atención a mujeres víctimas de violencia de género.

  • Graba en tu móvil los teléfonos específicos de emergencia (112, 091).
  • También puedes descargar la app móvil ALERTCOPS que presta atención inmediata de Policía y Guardia Civil. Activa la geolocalización del teléfono para intervenir con mayor rapidez y permite enviar fotos y vídeos de forma inmediata.
  • Descarga la app del Gobierno de Canarias REDVICAN, una aplicación que te permite detectar señales y saber dónde puedes acudir si sospechas la existencia de malos tratos.
  • Puedes realizar también consultas o plantear dudas en el servicio 016 donde un equipo de especialistas informará de qué medida, o medidas, pueden ser más oportunas para la situación concreta.
  • Si es necesario, ten en cuenta que también existen recursos específicos de atención para personas sordas como SVIsual del 016 y la posibilidad de hacer una videollamada a través de la Plataforma ALBA.
  • Deja en el tablón de anuncios de la comunidad o en algún lugar mensajes como #NoEstásSola para que sepan que pueden encontrar auxilio en el vecindario en caso de necesitarla.

En Canarias, el 112 (al que puede llamarse incluso sin tarjeta SIM en el móvil o sin monedas en un teléfono público) activa los servicios de emergencia destinados a las víctimas de violencia de género y coordina todos los recursos en caso de ser necesario. Facilita siempre de la forma más clara posible la localización, sobre todo si es en zonas apartadas. Por supuesto, si se confirma lo que solo eran indicios, tenemos el deber moral y legal de denunciar la situación. No hay que tener miedo porque es posible hacerlo de forma anónima.

Aunque la violencia de género se produzca en el ámbito de la relación de pareja es un delito público, que incumbe a toda la sociedad y afecta a los derechos humanos. Una llamada, incluso anónima, puede salvar una vida.

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